¿Es la hora de una nueva "Revolución Francesa"?

Nos han engañado. Vilmente. Tanto el banquero que ha querido hacerse más rico invirtiendo con dinero que no es suyo, como el político que no ha velado por nuestros intereses, que es para lo que le hemos elegido y para lo que le pagamos (aunque parece que hay quien le paga más...) No sólo eso: ahora usa nuestro dinero para garantizar que el rico seguirá siendo rico.

No está exenta esta crisis de similitudes con la situación que propició la Revolución Francesa: existía una élite, la monarquía absolutista y su corte, que eran los que ostentaban los cargos y poseían el dinero. No era extraño que los banqueros compraran títulos nobiliarios, a cambio del dinero que los que ya los tenían, y los podían vender, precisaban. Una 'nobleza' exenta del pago de impuestos a la que no le importaba alardear, con derroches y excesos, del dinero que tenía. Una 'nobleza' que rechazó una ley por la que debían pagar impuestos sobre las tierras que poseían, mientras el 'populacho' no podía soportar las cargas tributarias que el Estado le imponía.

Y, de otro lado, una burguesía emergente y una clase baja harta de ver como los excesos de la clase dirigente, de ver como cambiaban las "reglas del juego", esto es, el cobro de impuestos abusivos, que las clases altas no tenían obligación de pagar, junto a altas tasas de desempleo y encarecimiento de los alimentos básicos.

No deja de ser curioso, aún sólo como simbolismo, que el hecho puntual que sacó al pueble de París a la calle fuera la orden del rey Luis XVI de reconstruir el Ministerio de Finanzas, algo que los parisinos tomaron como una 'auto-golpe' de Estado del rey que le permitiría seguir gastando tal y tanto como él quisiera. Los Estados actuales están también intentando, metafóricamente, reconstruir sus "Ministerios de Finanzas".

Porque, no nos equivoquemos, la principal causa de la Revolución Francesa fue la economía, con sus ramificaciones sociales de desigualdad por privilegios.

Hoy en día se vive, salvando las distancias, una situación similar: la clase dirigente tiene privilegios que el resto no tenemos, y pone las reglas según se le antoja, algo que queda todavía más en evidencia cuando los principales responsables de la catástrofe no sólo no se responsabilizan de lo que han provocado sino que salen, encima, ¡beneficiados!, con la connivencia de los politicos. En Estados Unidos, por ejemplo, han puesto siempre la excusa del comunismo ("el Estado te impondrá qué medico te va a atender, y tú no querras eso, ¿verdad?") para no ofrecer Sanidad Pública a sus ciudadanos con su propio dinero, pero no han tenido ningún reparo, en un alarde de socialismo, en usar ese mismo dinero en rescatar bancos hundidos por pura codicia, dinero que ha ido, en parte, a los bolsillos de los responsables del hundimiento.

Nos cambián las reglas cómo y cuando quieren, con términos como "no hay confianza", "el mercado está muy volátil", que sirven de excusa para subir lo que pagaremos por nuestra vivienda hasta ahogarnos, que causará que la empresa para la que trabajo me despida por falta de liquidez (el banco no le presta dinero, "no hay confianza"), y que hará que mañana pueda comprar con X euros la mitad de lo que compraba ayer, mientras que los que deberían poner normas para que cosas así no pasaran se lavan las manos. Como mucho, en las próximas elecciones elegiremos a otro y el que está ahora se irá a su casa con un sueldo vitalicio, por haberlo hecho tan bien, mientras que el nuevo hará más o menos lo mismo: dejar que los que tienen el dinero campen a sus anchas. Mismos perros con distintos collares, y el amo del perro seguirá siendo el mismo.

Y todo lo anterior, multiplicado por un planeta.

Como en la Revolucion Francesa, el sistema ha demostrado estar al límite, no funciona tal y como está concebido, así que ha llegado la hora de cambiarlo. ¿Cómo? No lo sé. En Londres han empezado con protestas por utilizar el dinero público para ayudar a los ladrones, por ejemplo. Naturalmente, espero y deseo que no sea con el derramamiento de sangre y la perdida de vidas de la Revolución Francesa, pero hay que hacerlo YA.